Un cuento de Zoe


La nueva vida de Hansel y Gretel

Hace no mucho tiempo dos hermanos, Hansel y Gretel, escucharon hablar a sus padres;
-Debemos dejar a los chicos en la calle- dijo la madre que, en realidad, era la madrastra.
-Sé que ya no tenemos plata- dijo el padre- ¡pero son mis hijos!
En ese momento Gretel se quedó dormida, con lágrimas en su cara, pero Hansel siguió escuchando la conversación.
Al día siguiente, llevaron a los chicos a la avenida principal, donde había muchos autos y negocios.
-Nosotros vamos a comprar a la tienda de la otra calle, ustedes esperen acá- dijo el padre con tristeza.
Pero los chicos sabían lo que estaba pasando. Como conocían el camino hacia su casa, regresaron.
-¡Te dije que había que llevarlos más lejos!-dijo la madrastra.
Al otro día dejaron a Hansel y Gretel en una calle que no conocían.
-Más tarde volvemos. Les mintió el padre.
Los chicos, aunque sabían que no iban a volver, los esperaron. Al final empezaron a caminar hasta que llegaron a un lugar donde no había nada. Sólo vieron, a lo lejos, una casita. Se acercaron a ella…¡estaba hecha de chocolate!
Entraron y vieron a una mujer joven cocinando.
- ¡Hola, niños!-dijo.
- Mmmm…¡Hola!
- ¡Coman, coman!
Los chicos comieron un poco de la ventana y del techo, y como la joven era tan amable, le preguntaron si podían quedarse a vivir con ella.
Respondió que sí, muy feliz. Los cuidó y alimentó como si fueran sus hijos.
Y así se formó una hermosa familia.

Zoe

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