Lo que escribieron los chicos

La consigna era pensar en un cuento maravilloso y cambiarlo. Podía tratarse del carácter o el aspecto de los personajes, de la época, de la historia en sí. También valía mezclar un cuento con otro. Y, si no se les ocurría nada, crear un cuento propio.
En realidad, el tiempo nos faltó y muchos chicos no pudieron completar sus producciones, Pero algo escribieron. Aquí van algunos trabajos:



Había una vez una chica que se llamaba Cenicienta y era muy, pero muy mala. La mamá y las hermanas eran rebuenas y la invitaron a una fiesta. Fue en tren y, cuando llegó, vio a un viejo muy lindo ... (Micaela)


Había una vez una gatita y un gatito que eran muy amigos. Un día se fueron al campo y apareció un lobo mitad humano que se llevó a la gatita diciéndole:
- ¿Cómo te llamás?
- Me llamo Aome.
El gatito, llamado Inullaya, se puso celoso cuando el lobo se llevaba a la gatita en sus brazos. Ella se iba enamorando del lobo y al gato lo dejó plantado. Pensaba Aome:
- ¡Pobre Inullaya! Trataré de escapar de este lobo... (Silvi)


La estrella más bella era la del norte y la más inteligente era la del este. La más feliz era la del sur y la más agradable era la del oeste. La única feliz era feliz porque tenía todo lo que quería. La más inteligente lo era porque era muy estudiosa. La más bella lo era porque se creía la más agradable, pero no era así. Y la más agradable lo era porque nunca se creía la más bella. (Juan)


Érase una vez un zapatero que hizo una niña de verdad. Esa niña era de madera y tuvo una conciencia que era un hombre. La niña no iba a la escuela y un día se encontró con dos amigas, una perra y una coneja, que la llevaron al zoológico. Había muchos niños y, al otro día, todos eran zorros. Pero menos Pinocha, su conciencia la sacó y fueron a la escuela ... (Hugo Omar)


- Había una vez una chica llamada Cenicienta. Un día su papá se casó con una señora y se fue a Jujuy...
- ¡No! Se había muerto.
- ¡Ah, sí! Su madrastra la trataba bien ...
- ¡No! La dejó como su sirvienta... (Jazmín)


Había una vez un pequeño niño llamado Pinocho. Un día hizo un muñeco de madera al que llamó Gepetto. Entonces dijo:
- Quisiera que seas mi abuelo... (Jesica)



No hay comentarios: